Costillas agridulces

         Desde luego aveces las ofertas de los supers son verdaderos engaños. Supongo que a todos nos habrá pasado alguna vez, pero es que da una rabia. Con razón hay un refrán (que suelen ser muy sabios), que "no dan los duros a cuatro pesetas". Un día fui al super y normalmente no compro en la carnicería de estos establecimientos, sino en una carnicería de confianza, pero ese día tenían una oferta por 1 kilo de chuletas de  cerdo ibérico te regalaban 1/2 kilo de costillas de cerdo, y yo como tonta piqué.............Y digo como tonta no porque no fuera ibérico.......eso iros a saber.........sino porque cuando fui a echar mano de las costillas para hacer esta receta vi que estaban mas peladas que los árboles en otoño. Ese día cuando llegue como no las iba a hacer las metí al congelador en el mismo paquete. Cuando me vi con la sala mezclada y abro el paquete de costillas me daba ganas de llevárselas al carnicero y decir que para otro día digan que regalan huesos...........bueno aun así hice la receta porque le tenía muchas ganas pero que comer tuvieron poco, así que me tocará repetirla y cuando lo haga cambiar la foto. 

           La receta original que se la vi a Roski lleva miel, pero como no tenía le puse Sirope de Agave. de Sunny via....dos días después Ana de dicha empresa me hizo llegar Miel Luna de Miel, con lo cual la tendré que repetir con ella.

Ingredientes:

1 kg de costillas de cerdo

3 cucharadas de mostaza de dijon

3 cucharadas de Sirope de Agave

4 cucharadas de salsa de soja

sal

1. Salamos las costillas.
2. En un bol mezclamos la mostaza, el sirope y la salsa de soja.....lo emulsionamos.
3. Ponemos las costillas en una fuente apta para horno y las untamos bien con la emulsión anterior. Y las dejamos reposar dos horas.
4. Preclentamos el horno a 200º. Cuando esté caliente introducimos la fuente tapada con papel de aluminio. Las horneamos 45 minutos, pero cada 15 les damos la vuelta.
5. Supuesta mente (y digo esto porque como las mías apenas llevaban carne no soltaron casi nada) entre el jugo que ellas suelta la carne y la mezcla líquida que le hemos añadido tenemos que obtener una salsa un poco mas abundante que pondremos en un cazo y a la que añadiremos una cucharadita de maicena disuelta en un poquito de agua fría. Lo pondremos al fuego muy suave hasta que haya espesado y  serviremos las costillas regadas con esta salsa.