Dicen que la llegada del otoño es triste, bueno es un cambio de estación un tanto drástico. Comienzan a menguar las horas de luz, a hacer frío, quizás sea eso lo peor que tiene esta estación. En cambio para la cocina el otoño ofrece enormes posibilidades. Los productos de temporada son una maravilla; llegan las setas, los frutos secos, muchas de las cosechas de hortaliza comienzan ahora y que decir tiene de la cantidad de frutales que están en su mejor momento. Y precisamente por estos últimos comienza la etapa de elaborar mermeladas para el resto del año.
No se si en algún sitio mas los llamaran piescos, pero aquí es como llamamos a estos melocotones de tamaño pequeño. Tengo la suerte de tener uno de esos frutales delante de casa, suele dar bastante fruto todos los años, pero este año estaba cargado sobre manera, vino mucho viento un día y tiro muchísimos al suelo mas de los que podíamos consumir antes de que se estropearan, así que decidí hacer mermelada.
Ingredientes:
1,5 kgr de piescos ya sin piel y sin hueso
1,2 kgr de azúcar
- Pelamos los piescos y les quitamos el hueso.
- Medimos la proporción de fruta y azúcar, esta sería de 400 gr de azúcar por cada 500 gr de fruta.
- Lo mezclamos todo en una olla y lo ponemos al fuego.
- Cocemos a fuego suave y removiendo muy de vez en cuando para evitar que se pegue. La fruta ya suele soltar agua, yo cometí el fallo de agregarle medio vaso y al final tuve que sacar líquido. Porque lo ideal es que con la cocción el líquido se vaya consumiendo.
- Cocemos hasta que la fruta este blanda. Mi mermelada estuvo en el fuego 1 hora.
- Retiramos y cuando haya enfriado un poquito rellenamos los tarros en los que vamos a conservar la mermelada.
NOTAS
- Por la red circulan diferentes maneras de envasado, incluso he encontrado una en que si la proporción de azúcar es del 40% ya no tendríamos falta de hacerle el vacío. Yo vos cuento como lo hice.
- Lave bien los tarros y los puse a esterilizar en una olla.Una vez que el agua comience a hervir los dejamos hirviendo 20 minutos.
- Sacamos y ponemos sobre papel de cocina hasta que estén secos.
- Rellenamos y cerramos, les damos la vuelta y dejamos unas horas para comprobar que esa tapa no pierde.
- Volvemos a poner los tarros en una olla con agua, que los cubra y repetimos el mismo proceso los dejamos hervir 20 minutos desde que el agua comience a hervir.
- Dejamos que se enfríen en el agua (lo ideal sería que todos los tarros tuvieran un mismo tamaño).